sábado, 17 de agosto de 2013

San Martín

 
Un hombre de la causa latinoamericana
 
El padre de la patria, con su pensamiento y obrar no tan sólo de liberar la nuestra sino que contribuyó a la liberación y conclusión de la ansiada unión latinoamericana iniciada por Bolívar y sellada en el encuentro de Guayaquil. La historia mitrista oligárquica santificada por Levene, Ibáñez, Astolfi y muchos otros más. De la academia de historia ocultaron y falsificaron su origen y su labor como patriota, negando que era hijo de una india, Rosa Guarú, quien no tan solo lo había criado sino que fue su madre. El Instituto Sanmartiniano negó su origen mestizo, y se negó a hacerle el ADN a un pariente cercano (Alvear), en una investigación muy seria y profunda del historiador Hugo Chumbita (en su obra “El secreto de Yapeyú”). El instituto sostiene que es hijo de españoles blancos cerrando todo un camino para develar su verdadero origen. La historia social también lo acusa de ser agente inglés, cuando parte de Europa para venir a luchar por su patria, para liberarlos de los maturrangos; muchos escribirán sus batallas, sus estrategias y sus proezas, pero hay que destacar que detrás de esta figura se encuentra el San Martín político que perteneció a la Logia Lautaro y que junto a otros como Zapiola y Alvear fueron los hombres que también pertenecieron a la masonería de Cádiz que tomaron los emblemas y los símbolos de los medievales albañiles, que formalmente se proponían difundir los principios del altruismo y de la hermandad del mundo entero, la que se realizaba a través de logias.
San Martín debió crear un partido político o por mejor decir un Estado Mayor Político de carácter secreto en las propias filas del ejército. La masonería en nuestro país ha seguido el camino paralelo al del liberalismo, cuyos objetivos eran liberar a los países de Sudamérica. A diferencia de Rivadavia, quien defendía los intereses del capital extranjero y de una política conservadora pro oligárquica.
Fue fundador del ejército argentino que lo consolidó con sus batallas libradas tanto en nuestro país como en Chile y Perú, formado por indios, gauchos, negros y mulatos a los cuales les dio la instrucción básica para manejar las armas y desarrollar tácticas y estrategias; era un ejército formado por hombres de a pie y de la patria profunda que se unieron a un solo ideal, liberar nuestro país, Chile y Perú y hacer la unión sudamericana que ya había comenzado a desarrollar Belgrano con el ejército del norte. También desarrolló la industria metalúrgica y siderúrgica con la invalorable ayuda del fray Luis Beltrán y su manera primitiva y nacida de la improvisación de la guerra, señala la primera intervención militar en la construcción de la industria pesada, quedando aquí establecido otro elemento capital en la historia del ejercito: el hecho de ser fundador de las industrias básicas.
Al desobedecer las órdenes del directorio, San Martín vuelve su espalda a la rapaz oligarquía portuaria antes interesada en la conservación de sus rentas aduaneras y en la venta de sus vacas en la consolidación de la república y la emancipación latinoamericana. Había dos caminos para elegir: o el ejército se convertía en la policía de los comerciantes o se transformaba en el brazo armado de la revolución en la Patria Grande. San Martín no podía dudar. Debía encontrar la forma de proseguir su plan revolucionario y con refinada astucia resolvió “obedecer” a sus oficiales para poder “desobedecer” al gobierno porteñista.
Se trasladó a Chile cruzando los Andes y muy enfermo libera junto con O’Higgins y luego siguió al Perú para hacer lo propio y en el encuentro con Simón Bolívar delega el mando del ejército, ya que el suyo estaba muy diezmado y no recibía apoyo de Buenos Aires. El padre de la patria dio por concluida su empresa y dejó que la termine Simón Bolívar. Se exilia en Europa junto con su hija para no regresar a su patria porque lo obligaban a luchar contra el federalismo que exigía los unitarios porteños. Su sable nunca iba a estar al servicio de la lucha fratricida a los intereses del puerto y más allá de las máximas que le había dado a Mercedes, la enseñanza más importante fue: “Seamos libres y lo demás no importa nada”.
Ricardo Solohaga
DNI12.433.688
Fernanda Chayle
Jorge Reale

No hay comentarios:

Publicar un comentario