Pedro el Romano será el
nuevo Papa
Tito Chaín
Una profecía puede definirse como
un don sobrenatural que consiste en conocer por inspiración divina las cosas
distantes o futuras. Una predicción puede significar anunciar por revelación,
ciencia o conjetura algo que ha de suceder. Por tanto, la predicción puede
involucrar un don sobrenatural, un proceso lógico-racional, o un juicio más o
menos subjetivo basado en indicios u observaciones. A la profecía
mayoritariamente se le considera don sobrenatural o inspirada por Dios. Así, se
sitúa a la profecía en el ámbito de la fe, sin ligarlas necesariamente a un
razonamiento en la previsión del resultado predicho.
Las religiones de la antigüedad
hicieron referencia a hombres «inspirados» que afirmaban hablar en nombre de su
dios, al desarrollarse en monoteístas (judaísmo, cristianismo, islam), las predicciones
ya no constituyen lo esencial en los profetas, estos se distinguen de los exaltados
o simuladores por ser sólo mensajeros. Las profecías eran consideradas simples
indicadores del designio de Dios. Hasta la fecha, más allá de las evidencias
científicas que puedan o no resultar suficientes para unos u otros, muchos
seguidores de las grandes religiones afirman que, en buena medida, las
profecías de sus libros sagrados se han cumplido.
La profecía que por la renuncia
de Joseph Aloisius Ratzinger (Benedicto XVI) recobró vigencia es la de San
Malaquias según la cual la elección papal que comenzará a finales de febrero
podría ser la última antes del final de los tiempos. La profecía de los papas
atribuida al arzobispo Malaquías de Armagh y que se no se hizo pública hasta
1595 otorga a cada uno de los papas una frase hasta llegar al 112 que, según el
manuscrito, sería el último sucesor de Pedro en la época actual.
Así, vaticinó que el papa 109
sería “el de la media luna” y, curiosamente, fue el número que correspondió a
Juan Pablo I quien nació, murió y fue nombrado Pontífice en días en que solo se
veía la mitad de lal satélite natural. Sobre el papa 110, Juan Pablo II,
Malaquías vaticinó que sería «el de la fatiga». Según este método a Benedicto
XVI (Papa 111) se le atribuye la frase «de la gloria al olvido» y, al papa 112,
que será el que se elija en cónclave que se comenzará el 28 de febrero, en
lugar de una frase le corresponde una profecía apocalíptica. Según San
Malaquías, el próximo santo padre sería Pedro el Romano, “El papa bajo el que
la ciudad de las siete colinas será destruida”. Los estudiosos de los
manuscritos de Malaquías interpretan que Roma es la ciudad de las siete colinas
de ahí que la llegada del próximo pontífice signifique para algunos el final de
la iglesia católica y para otros (los meteoritologos) el de la humanidad.
Partiendo de esta teoría hay
quienes atreven ir más allá y auguran que Pedro el Romano podría ser Tarcisio
Pietro Evasio Bertone, actual secretario del Estado Vaticano que desde el
próximo 28 de febrero ejercerá las funciones de Jefe del Estado Vaticano
durante la elección papal. Para los freudianos una profecía autocumplida o
autorrealizada es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de
que se haga realidad.
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