jueves, 27 de junio de 2013

Imperio otomano

Imperio otomano

 

     
El Imperio otomano, también conocido como Imperio turco otomano (en otomano: دولت عالیه عثمانیه Devlet-i Âliye-i Osmâniyye; en turco moderno: Osmanlı Devleti o Osmanlı İmparatorluğu) fue un Estado multiétnico y multiconfesional gobernado por los dinastía Osmanlí. Era conocido como el Imperio turco o Turquía por sus contemporáneos.
El Imperio otomano comenzó siendo uno más de los pequeños estados turcos que surgieron en Asia Menor durante la decadencia del Imperio Selyúcida. Los turcos otomanos fueron controlando paulatinamente a los demás estados turcos y bajo el reinado de Mehmed II (1451-1481) acabaron con lo que quedaba de la dinastía selyúcida. La primera fase de la expansión otomana tuvo lugar bajo el gobierno de Osmán I y siguió en los reinados de Orkhan, Murad I y Beyazid I, a expensas de los territorios del Imperio bizantino, Bulgaria y Serbia. Bursa cayó bajo su dominio en 1326 y Adrianópolis en 1361. Las victorias otomanas en los Balcanes alertaron a Europa occidental sobre el peligro que este Imperio representaba y fueron el motivo central de la organización de la Cruzada de Seguismundo de Hungría. El sitio que pusieron los otomanos a Constantinopla fue roto gracias a Tamerlán, líder de los mongoles, quien tomó prisionero a Beyazid en 1402, pero el control mongol sobre los otomanos duró muy poco. Finalmente, el Imperio otomano logró conquistar Constantinopla en 1453.
En su máximo esplendor, entre los siglos XVI y XVII se expandía por tres continentes, controlando una vasta parte del Sudeste Europeo, el Medio Oriente y el norte de África, limitando al oeste con Marruecos, al este con el mar Caspio y al sur con Sudán, Eritrea, Somalía y Arabia. El Imperio otomano poseía 29 provincias, y Moldavia, Transilvania y Valaquia eran Estados vasallos.
El imperio estuvo en el centro de las interacciones entre el Este y el Oeste por seis siglos. Con Constantinopla como su capital y el territorio que se conquistó bajo Solimán el Magnífico -correspondiente a las tierras gobernadas por Justiniano el Grande mil años antes-, el Imperio otomano era, en muchos aspectos, el sucesor islámico de los antiguos imperios clásicos. Numerosos rasgos y tradiciones culturales de éstos (en campos como la arquitectura, la cocina, el ocio y el gobierno) fueron adoptados por los otomanos, que los elaboraron en nuevas formas. Estos rasgos culturales más tarde se mezclaron con las características de los grupos étnicos y religiosos que vivían dentro de los territorios otomanos, creando una nueva y particular identidad cultural otomana.
Durante el siglo XIX, diversos territorios del Imperio otomano comenzaron a alcanzar su independencia, principalmente en Europa. Las sucesivas derrotas en guerras y el auge de los nacionalismo dentro del territorio llevarían al decaimiento del poder del imperio. Su participación en la Primera Guerra Mundial y el surgimiento de movimientos revolucionarios dentro de Turquía le darían el golpe mortal. El imperio bajo la dirección de un sultán fue abolido el 1 de noviembre de 1922, mientras el califato lo fue un año después. La República de Turquía fue fundada en su reemplazo, el 23 de octubre de 1923.

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