“El buen fin” Otra forma de
domesticación
Francisco Javier Chaín Revuelta
Por Consumismo se entiende la compra, acumulación y
consumo de bienes y servicios considerados no esenciales. También se entiende
como Consumismo al sistema político y económico que promueve la adquisición
competitiva de riqueza como signo de estatus y prestigio dentro de un grupo
social.
El consumo a gran escala en la sociedad contemporánea
compromete seriamente los recursos naturales y el equilibrio ecológico, si no
se ponen en marcha alternativas constructivas relacionadas con el desarrollo
sostenible -ecologismo, decrecimiento, consumo responsable, agricultura- . El
consumismo, entendido como adquisición o compra desaforada, idealiza sus
efectos y consecuencias asociando su práctica con la obtención de la
satisfacción personal e incluso de la felicidad personal.
Esta conducta irracional de consumo inicia su
desarrollo y crecimiento durante el siglo XX y es consecuencia de la lógica
interna del capitalismo y de la aparición de la mercadotecnia o publicidad
-herramientas que fomentan el consumo generando nuevas necesidades en el
consumidor-. El consumismo se ha desarrollado principalmente en el denominado
mundo occidental -extendiéndose después a otras áreas- haciéndose popular el
término creado por la antropología social: Sociedad de Consumo, referido al
consumo masivo de productos y servicios.
En los años veinte del siglo pasado se produjo una
sobreproducción en Estados Unidos, que fue motivada por un aumento de la
productividad y una baja de la demanda, ésta causada por la existencia de un
alto número de desempleados, que a su vez fueron expulsados de sus centros de
trabajo debido a los cambios tecnológicos.
Sin embargo esta baja demanda encontró en el “marketing” y en la publicidad y
la mercadotecnia la herramienta para incrementar, dirigir y controlar el
consumo.
La evolución desde las primitivas sociedades
igualitarias a sociedades de clases diferenciadas y el paso del intercambio y
la reciprocidad a la acumulación, ahora en
apogeo en la actual sociedad, la explica el antropólogo Marvin Harris:
“Tras la
aparición del capitalismo en la
Europa occidental, la adquisición competitiva de riqueza se
convirtió una vez más en el criterio fundamental para alcanzar el status de
gran hombre. Sólo que en este caso los grandes hombres intentaban arrebatarse
la riqueza unos a otros, y se otorgaba mayor prestigio y poder al individuo que
lograba acumular y sostener la mayor fortuna. Durante los primeros años del
capitalismo, se confería el mayor prestigio a los que eran más ricos pero
vivían más frugalmente. Más adelante, cuando sus fortunas se hicieron más
seguras, la clase alta capitalista recurrió al consumo y despilfarro conspicuos
en gran escala para impresionar a sus rivales. Construían grandes mansiones, se
vestían con elegancia exclusiva, se adornaban con joyas enormes y hablaban con
desprecio de las masas empobrecidas. Entretanto, las clases media y baja
continuaban asignando el mayor prestigio a los que trabajaban más, gastaban menos
y se oponían con sobriedad a cualquier forma de consumo y despilfarro
conspicuos. Pero como el crecimiento de la capacidad industrial comenzaba a
saturar el mercado de los consumidores, había que desarraigar a las clases
media y baja de sus hábitos vulgares. La publicidad y los medios de
comunicación de masas aunaron sus fuerzas para inducir a la clase media y baja
a dejar de ahorrar y a comprar, consumir, despilfarrar o gastar cantidades de
bienes y servicios cada vez mayores. De ahí que los buscadores de status de la
clase media confirieran el prestigio más alto al consumidor más importante y
más conspicuo.”
Es fácil observar que el buen fin es para dueños de
empresas productoras de chatarra capitalista superflua e
innecesaria y el mal fin es para las domesticadas masas que saldrán desaforadas
a malgastar y endeudarse en vano y en pos de status el próximo 18 de noviembre
de 2013.
Consultas:
2. Jump up↑ La izquierda en el umbral del siglo XXI: haciendo posible
lo imposible, Marta Harnecker, Siglo
XXI, 2001, pág. 182, Google books
3. Marvin Harris (1974) Vacas, cerdos, guerras y
brujas. Los enigmas de la cultura, Alianza 1992, ISBN
84-206-1755-5, pags. 118 - 120, (trad. Juan Oliver Sánchez)
lizó.
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