Francisco Javier Chaín Revuelta
Por la tarde pasé a la tienda de Hafiz quien me platicó del viaje que Muhammad (BP) realizó al cielo y ¡aún más allá! en la noche milagrosa llamada al-Isra wal Mi’raj. Entre las espumas calientes de las tazas de café que tomamos, aseguró que para el profeta fue la mejor de sus noches. Por encima de la noche principal del calendario musulmán, llamada Layla al- Qadr (la Noche del Destino) que es cuando los ángeles y el espíritu, con el permiso del señor, establecen y deciden para el siguiente año el futuro de las gentes. El viaje milagroso fue de Medina a Jerusalén y de ahí al cielo, precisamente el veintisiete del Rajab, un año antes de la Hégira. Cuando preguntaron al Profeta (las bendiciones y la paz de Al-lah sean con él) sobre la duración del al-Isra Mi’raj respondió que cuando con su caballo partió al cielo éste pateó un cántaro con agua y cuando regresó aún no terminaba de derramarse.
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