lunes, 16 de diciembre de 2013

Conferencia El islam en España, Ana I. Planet


  • Alumnos de Humanidades profundizan en la presencia del islam en España.
    Conferencia de la profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, Ana I. Planet, que ofreció en la Facultad de Humanidades de Toledo la conferencia El islam en España, promovida por el Área de Estudios Árabes e Islámicos, el Grupo de Estudios sobre las Sociedades Árabes y Musulmanas y el Taller de Estudios sobre Minorías Religiosas. En su intervención, la profesora situó en la Reconquista el origen del antagonismo actual y afirmó que es un desafío generacional construir una convivencia cultural que resulta ineludible.

    Considerada una de las mayores especialistas de España en el islam, la profesora Planet inició su intervención subrayando la larga presencia de esta religión en el territorio español y la escasa coincidencia del mundo islámico medieval con el del tiempo presente, “en el que crecen las publicaciones relacionadas con el islam y los musulmanes”. También destacó el carácter periférico del islam en España, “es la frontera del fin de una presencia”, indicó.

    Del legado de la España musulmana, “lugar de tránsito económico y de ideas”, señaló la elevada presencia de arabismos en nuestra lengua, así como la huella monumental árabe. “Otro elemento más que nos acerca”, dijo. Todo esto, que “nos debería situar en una perspectiva de integración y reconocimiento” no encaja con “la desconfianza actual” que nos aleja de ese “supuesto pasado de enriquecimiento”, explicó.

    Planet situó en la Reconquista el momento en que empiezan a generarse los mundos antagónicos que hasta entonces no lo habían sido. “La sociedad exclusivista que construye la España moderna quiso borrar la huella judía y musulmana”, indicó. Ambos colectivos, expulsados en 1492 y 1609, fueron primero reprimidos y excluidos, dando lugar a un país “cerrado a lo diverso, a lo extranjero, con una fuerte carga de intolerancia”. Entre 1609 y 1614 se vivió una “auténtica persecución y limpieza étnica precursora de lo que sucedería en otras zonas de Europa andando el tiempo, con la jerarquía eclesiástica a la cabeza”, indicó.

    La profesora aludió también a la presencia del estereotipo de “alárabes”, “moros” y “berberiscos” en la literatura de los siglos XVI y XVII, que hace pensar en ellos “en términos de delincuencia”. Estos prejuicios, dijo, perduran hasta los siglos XIX y XX, en los que las guerras de África y la Guerra Civil “alimentan el tópico de la barbarie y la violencia”. Sin embargo, ya desde la Ilustración hubo intelectuales que intentaron “rehabilitar la presencia de lo árabe”, entre los que citó a Ribera, Conde o Asín Palacios.

    España, señaló Planet, llevaba “150 años de cultura del rechazo” cuando llegó la inmigración “que ha hecho presente de nuevo al moro y sus fantasmas”, en un momento en que el “islam es percibido a través de los prejuicios religiosos en un contexto internacional donde prima el radicalismo”. Sin embargo, nuestro país posee dos características que lo diferencian de la realidad europea: la llegada de inmigrantes procedentes de países de mayoría islámica ya desde los años 90 y la existencia de un marco jurídico administrativo previo para gestionar la presencia de extranjeros.

    En el momento actual, “Marruecos monopoliza y distorsiona la imagen del islam en España”, indicó la profesora, para quien la convivencia cultural, de carácter “ineludible”, se plantea como un desafío para la generación presente. “Existe además el reto jurídico de dotarnos de leyes para regular la presencia del islam en el país”, dijo, a partir de un debate que se articula, fundamentalmente, en torno a “los espacios de culto, las personas encargadas del culto y la designación de interlocutores con el Estado y/o las administraciones”. Los problemas, concluyó, “siguen teniendo que ver con las dificultades de inserción del individuo y algunas cuestiones simbólicas que afectan a las libertades individuales”.

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