martes, 10 de septiembre de 2013

La verdad sospechosa (1)



La verdad sospechosa
 
Juan Ruiz de Alarcón
 
Acto primero
Salen por una puerta don GARCÍA y un LETRADO viejo, de estudiantes, de camino; y, por otra, don BELTRÁN y TRISTÁN



BELTRÁN: Con bien vengas, hijo mío.

GARCÍA: Dame la mano, señor.

BELTRÁN: ¿Cómo vives?

GARCÍA: El calor

del ardiente y seco estío

me ha afligido de tal suerte

que no pudiera llevarlo,

señor, a no mitigarlo

con la esperanza de verte.

BELTRÁN: Entra, pues, a descansar.

Dios te guarde. ¡Qué hombre vienes!

¡Tristán!

TRISTÁN: ¿Señor?

BELTRÁN: Dueño tienes

nuevo ya de quien cuidar.

Sirve desde hoy a García;

que tú eres diestro en la corte

y él bisoño.

TRISTÁN: En lo que importa,

yo le serviré de guía.

BELTRÁN: No es crïado el que te doy;

mas consejero y amigo.

GARCÍA: Tendrá ese lugar conmigo.

TRISTÁN: Vuestro humilde esclavo soy.
 
 
 
 
 
 
 
 

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