El Conde
Lucanor
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Exemplo XXVº
De lo que contesçió al
conde de Provençia, cómo fue librado de la prisión por el consejo que
le dio Saladín
El conde Lucanor fablava
una vez con Patronio, su consegero, en esta
manera:
-Patronio, un mio vasallo
me dixo el otro día que quería casar una su parienta,
et assí como él era tenudo
de me consejar lo mejor que él pudiesse,
que me pidía por merçed
quel’ consejasse en esto lo que entendía que era
más su pro, et díxome todos
los casamientos quel’ traían. Et porque éste es
omne que yo querría que lo
acertasse muy bien, et yo sé que vós sabedes
mucho de tales cosas,
ruégovos que me digades lo que entendedes en esto,
porquel’ yo pueda dar tal
consejo que se falle él vien dello.
-Señor conde Lucanor -dixo
Patronio-, para que podades bien consejar a
todo omne que aya de casar
su parienta, plazerme ía mucho que sopiéssedes
lo qué contesçió al conde
de Provençia con Saladín, que era
soldán de Babilonia.
El conde Lucanor le rogó
quel’ dixiesse cómo fuera aquello.
-Señor conde Lucanor -dixo
Patronio-, un conde ovo en Provençia que fue
muy buen omne et deseava
mucho fazer en guisa porquel’ oviesse Dios
merçed al alma et ganasse
la gloria del Paraíso, faziendo tales obras que
fuessen a grand su onra et
del su estado. Et para que esto pudiesse complir,
tomó muy grand gente
consigo, et muy bien aguisada, et fuesse para la
Tierra Sancta de Ultramar,
poniendo en su coraçón que por quequier quel’
pudiesse acaesçer, que
siempre sería omne de buena ventura, pues le vinía
estando él derechamente en
serviçio de Dios. Et porque los juizios de Dios
son muy marabillosos et muy
ascondidos, et Nuestro Señor tiene por bien
de tentar muchas vezes a
los sus amigos, pero si aquella temptaçión saben
sofrir, sienpre Nuestro
Señor guisa que torne el pleito a onra et a pro de
aquel a quien tienta; et
por esta razón tovo Nuestro Señor por bien de
temptar al conde de
Provençia, et consentió que fuesse preso en poder del
soldán.
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Et como quier que estava
preso, sabiendo Saladín la grand vondat del
conde, fazíale mucho bien
et mucha onra, et todos los grandes fechos que
avía de fazer, todos los
fazía por su consejo. Et tan bien le consejava el
conde et tanto fiava de’l
el soldán que como quier que estava preso, que tan
grand logar et tan grand poder
avía, et tanto fazían por él en toda la tierra
de Saladín, como farían en
la suya misma.
Cuando el conde se partió
de su tierra, dexó una fija muy pequeñuela. Et el
conde estudo tan grand
tiempo en la prisión, que era ya su fija en tiempo
para casar; et la condesa,
su muger, et sus parientes enviaron dezir al conde
cuantos fijos de reys et
otros grandes omnes la demandavan por casamiento.
Et un día, cuando Saladín
vino a fablar con el conde, desque ovieron acordado
aquello porque Saladín allí
viniera, fabló con él el conde en esta
manera:
-Señor, vós me fazedes a mí
tanta merçed et tanta onra et fiades tanto de mí
que me ternía por muy de
buena ventura si vos lo pudiesse servir. Et pues
vós, señor, tenedes por
bien que vos conseje yo en todas las cosas que vos
acaesçen, atreviéndome a la
vuestra merçed et fiando del vuestro entendimiento,
pídovos por merçed que me
consejedes en una cosa que a mí
acaesçió.
El soldán gradesçió esto
mucho al conde, et díxol’ quel’ consejaría muy de
grado; et aún, quel’ ayudaría
muy de buena mente en que quiera quel’
cumpliesse.
Entonçe le dixo el conde de
los casamientos quel’ movían para aquella su
fija et pidiól’ por merced
quel’ consejasse con quién la casaría.
Et Saladín respondió assí:
-Conde, yo sé que tal es el
vuestro entendimiento, que en pocas palabras
que vos omne diga
entendredes todo el fecho. Et por ende vos quiero consejar
en este pleito segund lo yo
entiendo. Yo non conosco todos estos que
demandan vuestra fija, qué
linage o qué poder an, o cuáles son en los sus
cuerpos o cuánta vezindat
an convusco, o qué mejoría an los unos de los
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otros, et por ende que non
vos puedo en esto consejar çiertamente; mas el
mio consejo es éste: que
casedes vuestra fija con omne.
El conde gelo tovo en
merced, et entendió muy bien lo que aquello quería
dezir. Et envió el conde
dezir a la condessa, su muger, et a sus parientes el
consejo que el soldán le
diera, et que sopiesse de cuantos omnes fijos dalgo
avía en todas sus comarcas,
de qué maneras et de qué costumbres, et cuáles
eran en los sus cuerpos, et
que non catassen por su riqueza nin por su poder,
mas quel’ enviassen por
escripto dezir qué tales eran en sí los fijos de
los reyes et de los grandes
señores que la demandavan et qué tales eran los
otros omnes fijos dalgo que
eran en las comarcas.
Et la condessa et los
parientes del conde se marabillaron desto mucho, pero
fizieron lo quel conde les
envió mandar, et posieron por escripto todas las
maneras et costumbres
buenas et contrarias que avían todos los que demandavan
la fija del conde, et todas
las otras condiçiones que eran en ellos. Et
otrosí, escrivieron cuáles
eran en sí los otros omnes fijos dalgo que eran en
las comarcas, et enviáronlo
todo contar al conde.
Et desque el conde vio este
escripto, mostrólo al soldán; et desque Saladín
lo vio, como quier que
todos eran muy buenos, falló en todos los fijos de
los reyes et de los grandes
señores en cada uno algunas tachas: o de seer
mal acostumbrados en comer
o en vever, o en seer sañudos, o apartadizos,
o de mal reçebimiento a las
gentes, et pagarse de malas compañas, o enbargados
de su palabra, o alguna
otra tacha de muchas que los omnes pueden
aver. Et falló que un fijo
de un rico omne que non era de muy grand poder,
que segund lo que paresçía
del en aquel escripto, que era el mejor omne et
el más complido, et más sin
mala tacha de que él nunca oyera fablar. Et
desque esto oyó el soldán,
consejó al conde que casasse su fija con aquel
omne, ca entendió que
comoquier que aquellos otros eran más onrados et
más fijos dalgo, que mejor
casamiento era aquel et mejor casava el conde
su fija con aquél que con
ninguno de los otros en que oviesse una mala
tacha, cuanto más si
oviesse muchas; et tovo que más de preçiar era el
omne por las sus obras que
non por su riqueza, nin por nobleza de su linage.
El conde envió mandar a la
condessa et a sus parientes que casassen su fija
con aquel que Saladín le
mandara. Et como quier que se marabillaron
mucho ende, enviaron por
aquel fijo de aquel rico omne et dixiéronle lo
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que el conde les envió
mandar. Et él respondió que bien entendía que el
conde era más fijo dalgo et
más rico et más onrado que él, pero que si él tan
grant poder oviesse, que
bien tenía que toda muger sería bien casada con él,
et que esto que fablavan
con él, si lo dizían por non lo fazer, que tenía que
le fazían muy grand tuerto
et quel’ querían perder de balde. Et ellos dixieron
que lo querían fazer en
toda guisa, et contáronle la razón en cómo el
soldán consejara al conde
quel’ diesse su fija ante que a ninguno de los fijos
de los reyes nin de los
otros grandes señores, señaladamente porquel’
escogiera por omne. Desque
él esto oyó, entendió que fablavan verdaderamente
en el casamiento et tovo
que, pues Saladín lo escogiera por omne et
le fiziera allegar a tan
grand onra, que non sería él omne si non fiziesse en
este fecho lo que
pertenesçía.
Et dixo luego a lla
condessa et a los parientes del conde que si ellos querían
que creyesse él que gelo
dizían verdaderamente, quel’ apoderasen luego de
todo el condado et de todas
las rendas, pero non les dixo ninguna cosa de lo
que él avía pensado de
fazer. A ellos plogo de lo que él les dizía, et apoderáronle
luego de todo. Et él tomó
muy grand aver, et en grand poridat,
armó pieça de galeas et
tovo muy grand aver guardado. Et desque esto fue
fecho, mandó guisar sus
vodas para un día señalado.
Et desque las vodas fueron
fechas muy ricas et muy onradas, en la noche,
cuando se ovo de ir para su
casa do estava su muger, ante que se echassen
en la cama, llamó a la
condessa et a sus parientes et díxoles en grant poridat
que bien sabién que el
conde le escogiera entre otros muy mejores que él, et
que lo fiziera porque el
soldán le consejara que casasse su fija con omne et
pues el soldán et el conde
tanta onra le fizieran et lo escogieran por omne,
que ternía él que non era
omne si non fiziesse en esto lo que pertenesçía; et
que se quería ir et que les
dexava aquella donzella con qui él avía de casar,
et el condado: que él fiava
por Dios que él le endereçaría porque entendiessen
las gentes que fazía fecho
de omne.
Et luego que esto ovo
dicho, cavalgó et fuesse en buena ventura. Et endereçó
al regno de Armenia, et
moró ý tanto tiempo fasta que sopo muy
bien el lenguaje et todas
las maneras de la tierra. Et sopo cómo Saladín era
muy caçador.
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Et él tomó muchas buenas
aves et muchos buenos canes, et fuesse para
Saladín; et partió aquellas
sus galeas et puso una en cada puerto, et
mandóles que nunca se
partiessen ende fasta quel gelo mandasse.
Et desque él llegó al
soldán, fue muy bien reçebido, pero non le besó la
mano nin le fizo ninguna
reverençia de las que omne deve fazer a su señor.
Et Saladín mandól’ dar todo
lo que ovo mester, et él gradesçiógelo mucho,
mas non quiso tomar del
ninguna cosa et dixo que non viniera por tomar
nada de’l; mas por cuanto
bien oyera dezir de’l, que si él por bien toviesse,
que quería bevir algún
tiempo en la su casa por aprender alguna cosa de
cuanto bien avía en él et
en las sus gentes; et porque sabía que el soldán era
muy caçador, que él traía
muchas aves et muy buenas, et muchos canes, et
si la su merçed fuesse, que
tomasse ende lo que quisiesse, et con lo quel’
fincaría a él, que andaría
con él a caça, et le faría cuanto serviçio pudiesse
en aquello et en ál.
Esto le gradesçió mucho
Saladín, et tomó lo que tovo por bien de lo que él
traía, mas por ninguna
guisa nunca pudo guisar que el otro tomasse de’l
ninguna cosa, nin le
dixiesse ninguna cosa de su fazienda, nin oviesse entrellos
cosa porque él tomasse
ninguna carga de Saladín porque fuesse
tenido de lo guardar. Et
assí andido en su casa un grand tiempo.
Et como Dios acarrea,
cuando su voluntad es, las cosas que Él quiere, guisó
que alançaron los falcones
a unas grúas. Et fueron matar la una de llas
grúas a un puerto de la mar
do estava la una de las galeas que el yerno del
conde ý pusiera. Et el
soldán, que iva en muy buen cavallo, et él en otro,
alongáronse tanto de las
gentes, que ninguno dellos non vio por do iva. Et
cuando Saladín llegó do los
falcones estavan con la grúa, descendió mucho
aína por los acorrer. Et el
yerno del conde que vinía con él, de quel’ vio en
tierra, llamó a los de la
galea.
Et el soldán, que non
parava mientes sinon por cevar sus falcones, cuando
vio la gente de la galea en
derredor de sí, fue muy espantado. Et el yerno
del conde metió mano a la
espada et dio a entender quel quería ferir con
ella. Et cuando Saladín
esto vio, començósse a quexar mucho diziendo que
esto era muy grand
traiçión. Et el yerno del conde le dixo que non mandasse
Dios, que bien sabía él que
nunca él le tomara por señor, nin quisiera
tomar nada de lo suyo, nin
tomar de’l ningún encargo porque oviesse razón
de lo guardar, mas que
sopiesse que Saladín avía fecho todo aquello.
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Et desque esto ovo dicho,
tomólo et metiólo en la galea, et de que lo tovo
dentro, contól’ cómo él era
el yerno del conde, et que era aquél que él
escogiera, entre otros
mejores que sí, por omne; et pues él por omne lo
escogiera, que bien
entendía que non fuera él omne si esto non fiziera; et
quel’ pidía por merçed
quel’ diesse su suegro porque entendiesse que el
consejo que él le diera que
era bueno et verdadero, et que se fallava bien
de’l.
Cuando Saladín esto oyó,
gradesçió mucho a Dios, et plógol’ más porque
açertó en el su consejo que
sil’ oviera acaesçido otra pro o otra onra por
grande que fuesse. Et dixo
al yerno del conde que gelo daría muy de buena
mente.
Et el yerno del conde fió
en el soldán, et sacólo luego de la galea et fuesse
con él. Et mandó a los de
la galea que se alongassen del puerto tanto que
non los pudiessen veer
ningunos que ý llegassen.
Et el soldán et el yerno
del conde cevaron muy bien sus falcones. Et cuando
las gentes ý llegaron,
fallaron a Saladín mucho alegre. Et nunca dixo a
omne del mundo nada de cuanto
le avía contesçido.
Et desque llegaron a lla
villa, fue luego desçender a la casa do estava el
conde preso et levó consigo
al yerno del conde. Et desque vio al conde,
començól’ a dezir con muy
grand alegría:
-Conde, mucho gradesco a
Dios por la merçed que me fizo en acertar tan
bien como acerté en el
consejo que vos di en el casamiento de vuestra fija.
Evad aquí vuestro yerno,
que vos a sacado de presión.
Entonçe le contó todo lo
que su yerno avía fecho, la lealdat et el grand esfuerço
que fiziera en le prender
et en fiar luego en él.
Et el soldán et el conde et
cuantos esto sopieron, loaron mucho el entendimiento
et el esfuerço et la
lealdad del yerno del conde. Otrosí, loaron
muncho las vondades de
Saladín et del conde, et gradesçieron mucho a
Dios porque quiso guisar de
lo traer a tan buen acabamiento.
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Entonçe dio el soldán
muchos dones et muy ricos al conde et a su yerno; et
por el enojo que el conde
tomara en la prisión, diol’ dobladas todas las
rentas que el conde pudiera
levar de su tierra en cuanto estudo en la prisión,
et enviól’ muy rico et muy
honrado et muy bien andante para su tierra.
Et todo este bien vino al
conde por el buen consejo que el soldán le dio que
casasse su fija con omne.
Et vós, señor conde
Lucanor, pues avedes a consejar aquel vuestro vasallo
en razón del casamiento de
aquella su parienta, consejalde que la prinçipal
cosa que cate en el
casamiento que sea aquél con quien la oviere de casar
buen omne en sí; ca si esto
non fuere, por onra, nin por riqueza, nin por fidalguía
que aya, nunca puede ser
bien casada. Et devedes saber que el
omne con vondad acreçenta
la onra et alça su linage et acreçenta las riquezas.
Et por seer muy fidalgo nin
muy rico, si bueno non fuere, todo sería
mucho aína perdido. Et
desto vos podría dar muchas fazañas de muchos
omnes de grand guisa que
les dexaren sus padres et muy ricos et mucho onrados,
et pues non fueron tan
buenos como devían, fue en ellos perdido el
linage et la riqueza; et
otros de grand guisa et de pequeña que, por la grand
vondad que ovieron en sí,
acresçentaron mucho en sus onras et en sus
faziendas, en guisa que
fueron muy más loados et más preçiados por lo que
ellos fizieron et por lo
que ganaron, que aun por todo su linage. Et assí entendet
que todo el pro et todo el
daño nasçe et viene de cuál el omne es en
sí, de cualquier estado que
sea. Et por ende, la primera cosa que se deve
catar en el casamiento es
cuáles maneras et cuáles costumbres et cuál entendimiento
et cuáles obras a en sí el
omne o la muger que a de casar; et
esto seyendo primero
catado, dende en adelante, cuanto el linage es más
alto et la riqueza mayor et
la apostura más complida et la vezindat más
açerca et más aprovechosa,
tanto es el casamiento mejor.
Al conde plogo mucho destas
razones que Patronio le dixo, et tovo que era
verdat todo assí como él le
dizía.
Et veyendo don Johan que
este enxiemplo era muy bueno, fízolo escrivir en
este libro, et fizo estos
viessos que dizen assí:
Qui omne es, faz todos los
provechos;
qui non lo es, mengua todos
los fechos.
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