domingo, 21 de abril de 2013

CONDE LUCANOR Y SALADINO


 
El Conde Lucanor

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Exemplo XXVº

De lo que contesçió al conde de Provençia, cómo fue librado de la prisión por el consejo que le dio Saladín

 

El conde Lucanor fablava una vez con Patronio, su consegero, en esta

manera:

-Patronio, un mio vasallo me dixo el otro día que quería casar una su parienta,

et assí como él era tenudo de me consejar lo mejor que él pudiesse,

que me pidía por merçed quel’ consejasse en esto lo que entendía que era

más su pro, et díxome todos los casamientos quel’ traían. Et porque éste es

omne que yo querría que lo acertasse muy bien, et yo sé que vós sabedes

mucho de tales cosas, ruégovos que me digades lo que entendedes en esto,

porquel’ yo pueda dar tal consejo que se falle él vien dello.

-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, para que podades bien consejar a

todo omne que aya de casar su parienta, plazerme ía mucho que sopiéssedes

lo qué contesçió al conde de Provençia con Saladín, que era

soldán de Babilonia.

El conde Lucanor le rogó quel’ dixiesse cómo fuera aquello.

-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, un conde ovo en Provençia que fue

muy buen omne et deseava mucho fazer en guisa porquel’ oviesse Dios

merçed al alma et ganasse la gloria del Paraíso, faziendo tales obras que

fuessen a grand su onra et del su estado. Et para que esto pudiesse complir,

tomó muy grand gente consigo, et muy bien aguisada, et fuesse para la

Tierra Sancta de Ultramar, poniendo en su coraçón que por quequier quel’

pudiesse acaesçer, que siempre sería omne de buena ventura, pues le vinía

estando él derechamente en serviçio de Dios. Et porque los juizios de Dios

son muy marabillosos et muy ascondidos, et Nuestro Señor tiene por bien

de tentar muchas vezes a los sus amigos, pero si aquella temptaçión saben

sofrir, sienpre Nuestro Señor guisa que torne el pleito a onra et a pro de

aquel a quien tienta; et por esta razón tovo Nuestro Señor por bien de

temptar al conde de Provençia, et consentió que fuesse preso en poder del

soldán.

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Et como quier que estava preso, sabiendo Saladín la grand vondat del

conde, fazíale mucho bien et mucha onra, et todos los grandes fechos que

avía de fazer, todos los fazía por su consejo. Et tan bien le consejava el

conde et tanto fiava de’l el soldán que como quier que estava preso, que tan

grand logar et tan grand poder avía, et tanto fazían por él en toda la tierra

de Saladín, como farían en la suya misma.

Cuando el conde se partió de su tierra, dexó una fija muy pequeñuela. Et el

conde estudo tan grand tiempo en la prisión, que era ya su fija en tiempo

para casar; et la condesa, su muger, et sus parientes enviaron dezir al conde

cuantos fijos de reys et otros grandes omnes la demandavan por casamiento.

Et un día, cuando Saladín vino a fablar con el conde, desque ovieron acordado

aquello porque Saladín allí viniera, fabló con él el conde en esta

manera:

-Señor, vós me fazedes a mí tanta merçed et tanta onra et fiades tanto de mí

que me ternía por muy de buena ventura si vos lo pudiesse servir. Et pues

vós, señor, tenedes por bien que vos conseje yo en todas las cosas que vos

acaesçen, atreviéndome a la vuestra merçed et fiando del vuestro entendimiento,

pídovos por merçed que me consejedes en una cosa que a mí

acaesçió.

El soldán gradesçió esto mucho al conde, et díxol’ quel’ consejaría muy de

grado; et aún, quel’ ayudaría muy de buena mente en que quiera quel’

cumpliesse.

Entonçe le dixo el conde de los casamientos quel’ movían para aquella su

fija et pidiól’ por merced quel’ consejasse con quién la casaría.

Et Saladín respondió assí:

-Conde, yo sé que tal es el vuestro entendimiento, que en pocas palabras

que vos omne diga entendredes todo el fecho. Et por ende vos quiero consejar

en este pleito segund lo yo entiendo. Yo non conosco todos estos que

demandan vuestra fija, qué linage o qué poder an, o cuáles son en los sus

cuerpos o cuánta vezindat an convusco, o qué mejoría an los unos de los

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otros, et por ende que non vos puedo en esto consejar çiertamente; mas el

mio consejo es éste: que casedes vuestra fija con omne.

El conde gelo tovo en merced, et entendió muy bien lo que aquello quería

dezir. Et envió el conde dezir a la condessa, su muger, et a sus parientes el

consejo que el soldán le diera, et que sopiesse de cuantos omnes fijos dalgo

avía en todas sus comarcas, de qué maneras et de qué costumbres, et cuáles

eran en los sus cuerpos, et que non catassen por su riqueza nin por su poder,

mas quel’ enviassen por escripto dezir qué tales eran en sí los fijos de

los reyes et de los grandes señores que la demandavan et qué tales eran los

otros omnes fijos dalgo que eran en las comarcas.

Et la condessa et los parientes del conde se marabillaron desto mucho, pero

fizieron lo quel conde les envió mandar, et posieron por escripto todas las

maneras et costumbres buenas et contrarias que avían todos los que demandavan

la fija del conde, et todas las otras condiçiones que eran en ellos. Et

otrosí, escrivieron cuáles eran en sí los otros omnes fijos dalgo que eran en

las comarcas, et enviáronlo todo contar al conde.

Et desque el conde vio este escripto, mostrólo al soldán; et desque Saladín

lo vio, como quier que todos eran muy buenos, falló en todos los fijos de

los reyes et de los grandes señores en cada uno algunas tachas: o de seer

mal acostumbrados en comer o en vever, o en seer sañudos, o apartadizos,

o de mal reçebimiento a las gentes, et pagarse de malas compañas, o enbargados

de su palabra, o alguna otra tacha de muchas que los omnes pueden

aver. Et falló que un fijo de un rico omne que non era de muy grand poder,

que segund lo que paresçía del en aquel escripto, que era el mejor omne et

el más complido, et más sin mala tacha de que él nunca oyera fablar. Et

desque esto oyó el soldán, consejó al conde que casasse su fija con aquel

omne, ca entendió que comoquier que aquellos otros eran más onrados et

más fijos dalgo, que mejor casamiento era aquel et mejor casava el conde

su fija con aquél que con ninguno de los otros en que oviesse una mala

tacha, cuanto más si oviesse muchas; et tovo que más de preçiar era el

omne por las sus obras que non por su riqueza, nin por nobleza de su linage.

El conde envió mandar a la condessa et a sus parientes que casassen su fija

con aquel que Saladín le mandara. Et como quier que se marabillaron

mucho ende, enviaron por aquel fijo de aquel rico omne et dixiéronle lo

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que el conde les envió mandar. Et él respondió que bien entendía que el

conde era más fijo dalgo et más rico et más onrado que él, pero que si él tan

grant poder oviesse, que bien tenía que toda muger sería bien casada con él,

et que esto que fablavan con él, si lo dizían por non lo fazer, que tenía que

le fazían muy grand tuerto et quel’ querían perder de balde. Et ellos dixieron

que lo querían fazer en toda guisa, et contáronle la razón en cómo el

soldán consejara al conde quel’ diesse su fija ante que a ninguno de los fijos

de los reyes nin de los otros grandes señores, señaladamente porquel’

escogiera por omne. Desque él esto oyó, entendió que fablavan verdaderamente

en el casamiento et tovo que, pues Saladín lo escogiera por omne et

le fiziera allegar a tan grand onra, que non sería él omne si non fiziesse en

este fecho lo que pertenesçía.

Et dixo luego a lla condessa et a los parientes del conde que si ellos querían

que creyesse él que gelo dizían verdaderamente, quel’ apoderasen luego de

todo el condado et de todas las rendas, pero non les dixo ninguna cosa de lo

que él avía pensado de fazer. A ellos plogo de lo que él les dizía, et apoderáronle

luego de todo. Et él tomó muy grand aver, et en grand poridat,

armó pieça de galeas et tovo muy grand aver guardado. Et desque esto fue

fecho, mandó guisar sus vodas para un día señalado.

Et desque las vodas fueron fechas muy ricas et muy onradas, en la noche,

cuando se ovo de ir para su casa do estava su muger, ante que se echassen

en la cama, llamó a la condessa et a sus parientes et díxoles en grant poridat

que bien sabién que el conde le escogiera entre otros muy mejores que él, et

que lo fiziera porque el soldán le consejara que casasse su fija con omne et

pues el soldán et el conde tanta onra le fizieran et lo escogieran por omne,

que ternía él que non era omne si non fiziesse en esto lo que pertenesçía; et

que se quería ir et que les dexava aquella donzella con qui él avía de casar,

et el condado: que él fiava por Dios que él le endereçaría porque entendiessen

las gentes que fazía fecho de omne.

Et luego que esto ovo dicho, cavalgó et fuesse en buena ventura. Et endereçó

al regno de Armenia, et moró ý tanto tiempo fasta que sopo muy

bien el lenguaje et todas las maneras de la tierra. Et sopo cómo Saladín era

muy caçador.

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Et él tomó muchas buenas aves et muchos buenos canes, et fuesse para

Saladín; et partió aquellas sus galeas et puso una en cada puerto, et

mandóles que nunca se partiessen ende fasta quel gelo mandasse.

Et desque él llegó al soldán, fue muy bien reçebido, pero non le besó la

mano nin le fizo ninguna reverençia de las que omne deve fazer a su señor.

Et Saladín mandól’ dar todo lo que ovo mester, et él gradesçiógelo mucho,

mas non quiso tomar del ninguna cosa et dixo que non viniera por tomar

nada de’l; mas por cuanto bien oyera dezir de’l, que si él por bien toviesse,

que quería bevir algún tiempo en la su casa por aprender alguna cosa de

cuanto bien avía en él et en las sus gentes; et porque sabía que el soldán era

muy caçador, que él traía muchas aves et muy buenas, et muchos canes, et

si la su merçed fuesse, que tomasse ende lo que quisiesse, et con lo quel’

fincaría a él, que andaría con él a caça, et le faría cuanto serviçio pudiesse

en aquello et en ál.

Esto le gradesçió mucho Saladín, et tomó lo que tovo por bien de lo que él

traía, mas por ninguna guisa nunca pudo guisar que el otro tomasse de’l

ninguna cosa, nin le dixiesse ninguna cosa de su fazienda, nin oviesse entrellos

cosa porque él tomasse ninguna carga de Saladín porque fuesse

tenido de lo guardar. Et assí andido en su casa un grand tiempo.

Et como Dios acarrea, cuando su voluntad es, las cosas que Él quiere, guisó

que alançaron los falcones a unas grúas. Et fueron matar la una de llas

grúas a un puerto de la mar do estava la una de las galeas que el yerno del

conde ý pusiera. Et el soldán, que iva en muy buen cavallo, et él en otro,

alongáronse tanto de las gentes, que ninguno dellos non vio por do iva. Et

cuando Saladín llegó do los falcones estavan con la grúa, descendió mucho

aína por los acorrer. Et el yerno del conde que vinía con él, de quel’ vio en

tierra, llamó a los de la galea.

Et el soldán, que non parava mientes sinon por cevar sus falcones, cuando

vio la gente de la galea en derredor de sí, fue muy espantado. Et el yerno

del conde metió mano a la espada et dio a entender quel quería ferir con

ella. Et cuando Saladín esto vio, començósse a quexar mucho diziendo que

esto era muy grand traiçión. Et el yerno del conde le dixo que non mandasse

Dios, que bien sabía él que nunca él le tomara por señor, nin quisiera

tomar nada de lo suyo, nin tomar de’l ningún encargo porque oviesse razón

de lo guardar, mas que sopiesse que Saladín avía fecho todo aquello.

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Et desque esto ovo dicho, tomólo et metiólo en la galea, et de que lo tovo

dentro, contól’ cómo él era el yerno del conde, et que era aquél que él

escogiera, entre otros mejores que sí, por omne; et pues él por omne lo

escogiera, que bien entendía que non fuera él omne si esto non fiziera; et

quel’ pidía por merçed quel’ diesse su suegro porque entendiesse que el

consejo que él le diera que era bueno et verdadero, et que se fallava bien

de’l.

Cuando Saladín esto oyó, gradesçió mucho a Dios, et plógol’ más porque

açertó en el su consejo que sil’ oviera acaesçido otra pro o otra onra por

grande que fuesse. Et dixo al yerno del conde que gelo daría muy de buena

mente.

Et el yerno del conde fió en el soldán, et sacólo luego de la galea et fuesse

con él. Et mandó a los de la galea que se alongassen del puerto tanto que

non los pudiessen veer ningunos que ý llegassen.

Et el soldán et el yerno del conde cevaron muy bien sus falcones. Et cuando

las gentes ý llegaron, fallaron a Saladín mucho alegre. Et nunca dixo a

omne del mundo nada de cuanto le avía contesçido.

Et desque llegaron a lla villa, fue luego desçender a la casa do estava el

conde preso et levó consigo al yerno del conde. Et desque vio al conde,

començól’ a dezir con muy grand alegría:

-Conde, mucho gradesco a Dios por la merçed que me fizo en acertar tan

bien como acerté en el consejo que vos di en el casamiento de vuestra fija.

Evad aquí vuestro yerno, que vos a sacado de presión.

Entonçe le contó todo lo que su yerno avía fecho, la lealdat et el grand esfuerço

que fiziera en le prender et en fiar luego en él.

Et el soldán et el conde et cuantos esto sopieron, loaron mucho el entendimiento

et el esfuerço et la lealdad del yerno del conde. Otrosí, loaron

muncho las vondades de Saladín et del conde, et gradesçieron mucho a

Dios porque quiso guisar de lo traer a tan buen acabamiento.

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Entonçe dio el soldán muchos dones et muy ricos al conde et a su yerno; et

por el enojo que el conde tomara en la prisión, diol’ dobladas todas las

rentas que el conde pudiera levar de su tierra en cuanto estudo en la prisión,

et enviól’ muy rico et muy honrado et muy bien andante para su tierra.

Et todo este bien vino al conde por el buen consejo que el soldán le dio que

casasse su fija con omne.

Et vós, señor conde Lucanor, pues avedes a consejar aquel vuestro vasallo

en razón del casamiento de aquella su parienta, consejalde que la prinçipal

cosa que cate en el casamiento que sea aquél con quien la oviere de casar

buen omne en sí; ca si esto non fuere, por onra, nin por riqueza, nin por fidalguía

que aya, nunca puede ser bien casada. Et devedes saber que el

omne con vondad acreçenta la onra et alça su linage et acreçenta las riquezas.

Et por seer muy fidalgo nin muy rico, si bueno non fuere, todo sería

mucho aína perdido. Et desto vos podría dar muchas fazañas de muchos

omnes de grand guisa que les dexaren sus padres et muy ricos et mucho onrados,

et pues non fueron tan buenos como devían, fue en ellos perdido el

linage et la riqueza; et otros de grand guisa et de pequeña que, por la grand

vondad que ovieron en sí, acresçentaron mucho en sus onras et en sus

faziendas, en guisa que fueron muy más loados et más preçiados por lo que

ellos fizieron et por lo que ganaron, que aun por todo su linage. Et assí entendet

que todo el pro et todo el daño nasçe et viene de cuál el omne es en

sí, de cualquier estado que sea. Et por ende, la primera cosa que se deve

catar en el casamiento es cuáles maneras et cuáles costumbres et cuál entendimiento

et cuáles obras a en sí el omne o la muger que a de casar; et

esto seyendo primero catado, dende en adelante, cuanto el linage es más

alto et la riqueza mayor et la apostura más complida et la vezindat más

açerca et más aprovechosa, tanto es el casamiento mejor.

Al conde plogo mucho destas razones que Patronio le dixo, et tovo que era

verdat todo assí como él le dizía.

Et veyendo don Johan que este enxiemplo era muy bueno, fízolo escrivir en

este libro, et fizo estos viessos que dizen assí:

Qui omne es, faz todos los provechos;

qui non lo es, mengua todos los fechos.


 

 

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